COOPERACIÓN HUMANA

 COPARACION HUIMANA 



Michael Tomasello ¿Por qué cooperamosTomasello.pdf

Desde esta perspectiva tan amplia, se puede decir que muchas especies animales viven en grupos que difieren desde el punto de vista cultural, entre ellos una diversidad de especies de aves, mamíferos marinos y primates. Desde luego, los seres humanos son el paradigma de las especies culturales

¿Por qué comparamos?



Así como los individuos de esta especie heredan genes que implicaron adaptaciones en el pasado, también heredan a través de la cultura artefactos y prácticas comportamentales que representan, de algún modo, la sabiduría colectiva de sus antepasados. Hasta el presente, no sabemos de ninguna otra especie animal que acumule las modificaciones comportamentales y garantice su complejidad con esta suerte de “trinquete cultural”. La segunda característica que hace única la cultura humana es la creación de instituciones sociales.

Nacidos y criados para colabora 




culturalmente; por ejemplo, maridos, esposas (y padres) que tienen derechos y obligaciones también definidos por la cultura (el filósofo John Searle concibe ese proceso como creación de nuevas “funciones de estatus” [status functions]). Daré otro ejemplo: en todas las culturas humanas existen reglas y normas para compartir los alimentos y otros objetos valiosos, y para la eventualidad de comerciarlos. Durante el proceso de intercambio, atribuimos a algunos objetos la condición de dinero

De la interacción social a las instituciones sociales



Tras estas dos características de la cultura humana –los artefactos acumulativos y las instituciones sociales– hay todo un conjunto de habilidades cooperativas y motivaciones para colaborar que son exclusivas de nuestra especie. Esta afirmación es evidente en el caso de las instituciones sociales, que representan maneras de interactuar organizadas en cooperación y acordadas por el grupo, entre las cuales hay reglas para lograr que los que no cooperan cumplan lo acordado.

 Donde confluyen la biología y la cultura

“intencionalidad compartida” a los procesos psicológicos subyacentes que hacen posibles esas formas únicas de cooperación. Básicamente, la intencionalidad compartida comprende la capacidad de generar con otros intenciones y compromisos conjuntos para las empresas cooperativas.

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